Los micros de cañón (shotgun) son una auténtica herramienta de precisión en el mundo del audio: muy direccionales, perfectos para captar sonidos específicos a distancia y diseñados para ignorar gran parte del sonido ambiente. Quizá hayas visto alguna vez escenas de cómo se rueda una película, en las que aparece alguien sujetando un micrófono en una pértiga larga y fina; eso es un micrófono de cañón (shotgun).
Pero, al igual que ocurre con cualquier herramienta especializada, los micros de cañón son perfectos para situaciones concretas, pero insuficientes en otras. Por eso, si quieres añadir un micrófono de cañón a tu arsenal, esta guía te resultará muy útil, puesto que en ella explico cuándo y por qué deberías usar uno, qué características son las más importantes a la hora de elegir y cómo evitar los errores más comunes al comprar.
¿Por qué son especiales los micrófonos de cañón?
Los micros de caño o shotgun están diseñados con un patrón de captación muy direccional. De hecho, la mayoría tiene una forma supercardioide o hipercardioide. Por lo tanto, captan el sonido frontal y rechazan el sonido lateral, además de ignorar prácticamente todo lo que provenga de la parte trasera. Por eso, es un micrófono estupendo para captar sonidos del sujeto al que apunta, incluso en entornos ruidosos o en ambientes donde hay gente hablando de fondo.
El secreto de su precisión radica en lo que se conoce como el tubo de interferencia, que está formado por una serie de ranuras estrechas que recorren el cuerpo del micrófono. Aunque el aspecto puede ser similar a la parrilla de los filtros pop que acompañan a los micrófonos dinámicos o de condensador, su papel es muy distinto y mucho más importante.
El tubo de interferencia utiliza la cancelación de fase para reducir al mínimo el impacto de los sonidos fuera del eje. Imagínate hacer un zoom a lo que está justo delante del micrófono y bajar el volumen de todo aquello que lo rodea. Este sistema es el que hace que los micrófonos de cañón tengan una forma alargada y estrecha, ya que lograr una dirección precisa es clave.
¿Cuándo debe utilizarse un micro de cañón?
Todos los micros tienen casos en los que son más apropiados, pero puede que los micrófonos de cañón sean los más específicos. Los micrófonos de cañón brillan en la grabación de vídeos, ya sea para contenido de YouTube de bajo presupuesto o para éxitos de Hollywood, incluso para eventos deportivos en directo.
Hablamos de escenas activas y, por lo general, en exteriores, donde no siempre resulta práctico colocar un micrófono lavalier o de solapa en un actor ni tener un micrófono fijo y visible en pantalla. Los micrófonos de cañón o shotgun, que se colocan fuera de cámara y suelen estar montados en una pértiga de micrófono o en la propia cámara, pueden captar los diálogos con claridad sin que se vean.
Además, son muy útiles en documentales y escenas de acción. Si tienes que seguir a un individuo en un entorno concurrido, como una calle, un mercado o un evento, usar un micro montado en la cámara puede aislar las voces de todo el ruido de alrededor. Asimismo, los actores no tienen que preocuparse por golpear el micrófono por error o ser conscientes de dónde está durante la actuación.
Los micros de cañón son la elección preferida para grabar en exteriores, así que son ideales para deportes en directo o documentales de naturaleza. De hecho, en espacios abiertos pueden aislar los sonidos o las voces sin captar demasiado viento o ruido de ambiente. Por ejemplo, para las grabaciones en la naturaleza se suelen utilizar micrófonos de cañón para captar sonidos de animales en la distancia sin molestarlos ni afectar a la escena. Por su parte, en las retransmisiones deportivas se utilizan para destacar elementos concretos, como el sonido de una pelota de tenis al golpearla o de una pelota de cricket al impactar en el bate.
¿Cuándo no debería utilizarse un micrófono de cañón?
Los micros de cañón son ideales para las grabaciones direccionales, pero no son adecuados en cualquier situación. Uno de los errores más comunes es usar un micro de cañón en espacios de interior pequeños o con eco. Debido a su naturaleza direccional y a la forma en que interactúan con el sonido que rebota en superficies duras, pueden captar más reverberaciones y reflejos extraños de la sala que al usar otro tipo de micrófono.
Si estás en una cocina, un baño o una sala con muchas superficies duras y sin tratamiento acústico, un micrófono de cañón seguramente exagere los reflejos que rebotan de las paredes, lo cual haría que se grabaran sonidos metálicos o huecos.
Los micrófonos de cañón no son ideales para grabar a varias personas hablando desde varias direcciones. Por ejemplo, si quieres grabar la conversación entre cuatro personas sentadas en una mesa, el micro de cañón tendrá problemas para captar todas las voces de manera equilibrada y el resultado será una grabación confusa. Así pues, tendrías que apuntar el micrófono constantemente a la persona que hable. De lo contrario, el audio sería inconsistente e inadecuado.
Por último, si buscas captar sonidos de cerca (a un metro del micro más o menos), probablemente el micrófono de cañón no proporcione el sonido natural que esperas. El tubo de interferencia del que hemos hablado —y que es tan importante— necesita espacio para actuar con eficacia. Si está demasiado cerca, el sonido puede resultar muy fino o áspero. Por eso, si quieres grabar a corta distancia, los micrófonos de mano dinámicos o de condensador suelen producir unos resultados mejores y más consistentes.
Factores clave a la hora de comprar un micro de cañón
Si te acabas de iniciar en el mundo del audio de alta calidad, quizá te parezca que la hoja de las características y especificaciones de un micrófono está en otro idioma. Entre las especificaciones, encontrarás funciones y cifras destacadas, pero hay varias que son muy importantes a la hora de elegir un buen micrófono de cañón. Vamos a repasarlas para que decidas con conocimiento de causa.
Patrón polar
El patrón polar describe la forma y el foco del área de captación del micro, lo cual es fundamental para este tipo de micrófono. La mayoría de los micrófonos de cañón tienen un patrón polar supercardioide o hipercardioide y, aunque son similares, tienen diferencias clave.
Un patrón supercardioide capta el sonido desde un ángulo frontal reducido, pero también recoge un poco de sonido proveniente de la parte trasera. Es una buena opción si la fuente del sonido que estás grabando (como pueda ser una persona) pudiera moverse ligeramente de un lado a otro, ya que tendrías más margen de error con respecto al objetivo.
Por su parte, un patrón hipercardioide es aún más direccional de manera frontal, así que el nivel de precisión debe ser mayor. También recoge más sonido de la parte trasera, por lo que deberías ser consciente de lo que ocurre tras el micro a la hora de grabar. Los micros de cañón hipercardioides son perfectos para una situación muy controlada en la que el objetivo apenas se mueva o para captar sonido en un punto estático.
Cabe mencionar que no todos los micrófonos de cañón o shotgun son iguales, ni siquiera los que tienen el mismo patrón polar. Los micrófonos con patrón polar son variados y hay modelos etiquetados como de cañón que, en realidad, son solo medianamente direccionales. Resulta útil revisar el gráfico del patrón polar que aparece en la descripción del producto. Si no hay ninguno, quizá esté claro por qué.
Respuesta de frecuencia
Esta métrica indica el rango de las frecuencias de audio que un micrófono puede captar y es importante comprenderla. Si el rango es mayor, el micrófono capta un espectro de sonidos más amplio, pero la forma de la respuesta es tan importante como las cifras.
En el caso de los diálogos, si la frecuencia de respuesta incluyen una pequeña mejora de entre 2 y 5 kHz, las voces se pueden escuchar con más claridad, ya que es ahí donde la presencia y los detalles de la voz están presentes.
Algunos micrófonos de cañón también atenúan las frecuencias bajas, inferiores a 80 Hz, lo que puede ser útil para reducir el propio ruido del manejo, el bullicio del tráfico o el viento. A la hora de comprar, no hace falta elegir un micrófono por debajo de los 20 Hz. De hecho, puede ser perjudicial en algunos casos. En el rango más alto, tendrás más flexibilidad, pero asegúrate de que sea superior a 15 kHz.
Sensibilidad
La sensibilidad se mide en dBV/Pa e indica cuánta señal produce el micrófono en respuesta al nivel de sonido que capta. Los micros con más sensibilidad (como -32 dBV/Pa) captan los sonidos más bajos con mayor facilidad, lo cual es útil cuando el sujeto está lejos del micro, así que es perfecto para un micrófono de cañón. Por su parte, puede que los micrófonos con menor sensibilidad (digamos -45 dBV/Pa o menos) requieran una subida de ganancia para compensarlo, lo que puede añadir ruido no deseado.
Ruido propio
Se trata del nivel de ruido del propio micrófono, es decir, el leve zumbido que puede generar simplemente por existir. Esto suele aparecer como «nivel de ruido equivalente» y se mide en dBA. Cuanto menor es la cifra, más silencioso es el micrófono y mejor es el resultado.
Un índice de ruido propio de entre 12 y 18 dBA se considera excelente y es importante si trabajas en entornos silenciosos o intentas captar sonidos sutiles. Evita los micrófonos con un nivel de ruido propio muy superior a 20 dBA, a menos que solo los vayas a utilizar en zonas ruidosas.
Requisitos de energía o alimentación
No todos los micrófonos de cañón o shotgun se alimentan de la misma forma. Por eso, tendrás que tener el equipamiento necesario para el micrófono que elijas. Los micrófonos de cañón profesionales suelen requerir 48V de corriente de bajo voltaje que se suministra a través del mismo cable XLR por el que se capta el sonido y que lo proporciona una grabadora de campo o una interfaz de audio.
Otros micros de cañón funcionan con batería, así que son más flexibles para equipos portátiles, aunque se necesitan baterías de reserva o cargar el micrófono cuando sea necesario. Los micros de cañón compactos que se montan directamente en las cámaras o DSLR suelen usar alimentación plug-in que proporciona la propia entrada del micrófono de la cámara.
Consideraciones físicas
Aunque las especificaciones son fundamentales, la propia estructura física del micrófono también tiene un papel fundamental en la comodidad de uso y los resultados que pueda producir. Se debe considerar la longitud del micro, ya que afecta tanto a la direccionalidad como al manejo.
Los micrófonos más largos suelen medir entre 25 y 30 cm (10 y 12 pulgadas) y tienen patrones de captación más precisos, de ahí que sean ideales para sets de grabación o zonas exteriores amplias. Sin embargo, son más pesados y engorrosos, así que no son ideales para montarlos directamente en una cámara. Los micrófonos de cañón más cortos se manejan con más facilidad, pero es probable que sea a costa de cierta direccionalidad.
Cómo montes y muevas el micrófono también es clave. Un buen montaje flotante o de araña es básico para los micros de cañón, ya que aísla el tubo sensible de los ruidos, los golpes y las vibraciones.
La mayoría de las opciones de gran calidad incluyen uno o son compatibles con los montajes que hay en el mercado. La protección contra el viento también es primordial para grabar en exteriores debido a la gran sensibilidad del micro. Se necesita una protección de espuma como mínimo, pero para situaciones con mucho viento o grabaciones exteriores, una pantalla antiviento de pelo (también llamada gato muerto) o una cubierta son una inversión mejor. Estos accesorios no suelen estar incluidos, pero reducen mucho el ruido del viento sin perder calidad de sonido ni requerir postprocesos.
Errores comunes al comprar un micro de cañón o shotgun
Hasta ahora, hemos visto qué debe tener un micrófono de cañón, pero ahora toca saber qué evitar, ya que hay algunas trampas típicas a la hora de comprar el primer micro shotgun. Una de ellas es suponer que un micro de cañón es una solución ideal para cualquier situación y que cualquiera sirve.
A pesar de que son muy versátiles, son más bien una herramienta de especialista que una opción universal. Solo porque algunos micrófonos de cañón sean ideales para aislar voces en el set de grabación, no significa que sean una buena opción para un pódcast.
Por otro lado, elegir el micro de cañón más largo y sensible no garantiza los mejores resultados si tu idea es llevarlo montado en una DSLR.
Otro error común es infravalorar cuánto sonido del entorno (fuera del eje) capta, incluso siendo un micrófono de primer nivel. Sabemos que los micros de cañón no captan la mayoría de los ruidos laterales y posteriores, pero no son perfectos ni existe un vacío mágico que absorba todo el sonido. Lo que captan fuera del eje, aunque no suene mucho, se escucha raro y poco natural, sobre todo en entornos con superficies duras y sin tratamiento acústico.
Por último, uno de los problemas más frustrantes es comprar un micro que no sea compatible con tu cámara o grabadora. Ya sean por los requisitos de energía o alimentación, el tipo de conector o el montaje físico, deberías comprobar siempre la compatibilidad antes de comprar. Las marcas más conocidas listan toda esta información relativa a la conexión en la página de sus productos, pero te animo a buscar más información e incluso a hacer preguntas.